Es que llega un momento en el que dejas de pensar, porque de dar tantas vueltas te mareas.

En ese momento es en el que todo te parece igual, y dejas de ver lo positivo en las cosas.

Cuando tomas sólo lo malo y te alejas de lo bueno.

Porque parece que lo único que importa es el bienestar de uno mismo, porque los demás no cuentan.

Cuando te das cuenta que aquellos que te dijeron que iban a estar siempre, ahora faltan.

Cuando te cae la ficha de que todo se basa en lo mismo, en lo que a uno más le conviene. En lo que más me divierte, en lo más nuevo y atrayente. Y de lo demás se olvidan.

Sorry, dejé de ser simpática.

ESTÁ BIEN. Está perfecto, pero no para mí. GRACIAS.