21.10.10

La luna había desaparecido, junto con las estrellas. Las nubes oscuras anunciaban que pronto comenzaría a llover. El viento creaba un dulce sonido al chocar contra los altos árboles de los vecinos. A lo lejos se escuchaba la música de la fiesta, acompañada por el murmullo de las voces y risas de todos ellos.
Impaciente, miré el cielo preguntándome qué demonios hacía allí, y escuché unos pasos. Inspiré varias veces, y traté de convencerme de que todo estaría bien. Mi corazón comenzó a latir fuertemente y los nervios me mataban, pero debía estar bien. No podía ser débil y menos ahora.

- Viniste... -Dije tan sólo en un suspiro.
- ¿Tenía otra opción? -Su tono de voz era fuerte y despreocupado, y eso me desalentó. Era cada vez más obvio que para él esto era sólo un contratiempo.
- Sí, dos.-Hice una pausa y traté de esbozar una sonrisa, siempre que me dirigía a él lo hacía de esa manera, cómo si pudiese hacer la diferencia - Hacerlo o no.
- En fin, ya estoy acá ¿No?. ¿Qué querías?- Su tono era cada vez más despectivo y hacía eco en cada parte de mi alma.
- ¿Hace falta decirlo?
Lo miré y él negó con la cabeza.
- ¿Por qué ahora?
- ¿Por qué no?
- Porque no. Ya es tarde.
Mi máscara estaba cada vez más pronta a romperse, mi voz se volvió temblorosa y las lágrimas se agolparon en mis ojos, queriendo escapar.
- No, nunca es tarde. -Dije, con un triste intento de sonrisa en mis labios.
- Créeme que sí.


No hay comentarios: