Nunca vio la luz. No sintió el calor. No sufrió el dolor. No vivió el morir. Muy grande la cruz. Muy chico el honor. Enana actitud, de vivir mejor.
Si encontrás algo más fino que el filo de tu silencio, sólo entonces te amaré. Rebuscada tu respuesta, tanto como tu cabeza, tendrías que haber sido mujer.
Yo sólo quería unos mimos, un suspiro de tu ombligo, una sopa con sabor. Eras un rompecabezas, disfrazado de realeza. Eras puro rocanrol. Aunque a veces digo BASTA, en las noches de subasta me la juego hasta ganar. Como todo señorito, eras bien histeriquito, eras una ola en el mar. Siempre cinco para el peso, siempre abrazo, nunca un beso. Y ahora ni torta ni pan. Sólo me quedan recuerdos de ese sueño momentáneo, viejos tiempos de adicción. A planteos pocos cuerdos, al placer del desengaño, a la dulce confusión. Sólo me queda el consuelo de saberme muy tranquila, YO YA SÉ QUE LA PELEÉ.
"Ofrecer amistad a quien pide amor, es como dar pan a quien tiene sed..."
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